Su fundador

Las Escuelas Pías son fruto de la entrega tenaz de José de Calasanz.
Allá en Roma, en 1592, descubre a los niños y jóvenes que no tienen escuelas, ni maestros que les eduque. Y decide dedicar su vida a esta tarea. En Roma, en la sacristía de una iglesia pobre, en un barrio pobre, Calasanz acoge a sus primeros estudiantes.
Calasanz nunca volvió a su tierra. Se quedó definitivamente en Roma hasta su muerte en 1648.
Cada 25 de agosto celebramos la santidad de su persona y damos gracias a Dios por la obra en favor de tantos niños y jóvenes necesitados.